jueves, 4 de octubre de 2012

Historia de Salem Capítulo 13




Capítulo 13

Un ángel se le aparece en sueños a Melquisedec, le da instrucciones y le muestra en visión la Salem Celestial. Melquisedec, el protector de las más amplias revelaciones de Dios. La historia de Salem, una semejanza de la historia del Universo. Melquisedec se conmueve y rinde honra al Mesías, al descubrir que se convirtió en una semejanza de Él. Batalla por el cetro disputado. Día del juicio final.  

1 Al ir a la cama después de aquel día de tantas emociones,  el joven rey, inmerso en los recuerdos de aquél pasado de felicidad y dolor, rodaba en su cama sin sueño. Cuando finalmente se durmió, tuvo un sueño muy significativo.
2 En el sueño, se le apareció un ángel luminoso, que saludándolo con una sonrisa, le dijo que todo el Universo acompañaba con atención todo aquel drama que estaba viviendo, mismo que tenía un sentido pre figurativo, retratando acontecimientos pasados y futuros, que envolvían todo el vasto universo.
3 Las palabras del ángel despertaron en Melquisedec un gran deseo de conocer la historia de ese drama cósmico.
4 Conociendo su vivo deseo, el ángel lo arrebató en el sueño revelándole un futuro distante. Delante de sus ojos se manifestaron las glorias de una nueva y espléndida Salem, cuyas murallas y mansiones estaban  hechas de piedras preciosas; Los portales de la ciudad eran de perlas. Sus amplias avenidas eran de oro puro. La ciudad era cuadrangular y se extendía por centenares de kilómetros. Estaba dividida en dos sectores distintos: Norte y Sur. Al sur se elevaban incontables mansiones, habitaciones eternas de ángeles y de seres humanos redimidos; Al norte había un lindo paraíso el cual el ángel reveló ser el jardín del Edén. Allí, en ambos bordes del río de la vida, había campos repletos de todo tipo de vegetación, con flores y frutos en abundancia. Vivían allí en perfecta armonía, todas las especies de insectos, aves y animales.
5 En medio del paraíso se podía ver una montaña fulgurante, la cual el ángel afirmó ser el monte Sión, el lugar del trono de Dios. Era de aquel monte que emanaba el río de la vida, fluyendo por toda la ciudad.
6 Cuando hubieron alcanzado   la cumbre de la montaña sagrada, el rey de Salem estuvo deslumbrado con el escenario visto a su alrededor. Se encontraba en la parte más elevada   de Sión la más linda de todas  las edificaciones revelado por el ángel como el palacio del Dios. Aquella magnifica construcción era sustentada por siete columnas, todas de oro transparente, incrustadas de lindas perlas. Alrededor del palacio, florecía la más exuberante vegetación: había allí el pino, el ciprés, el olivo, la murta, la romasera y la higuera, doblándose al peso de sus higos maduros.
7 Mientras que se admiraba ante la belleza de aquel lugar, el ángel le dijo que a ningún ser humano le había sido dado el privilegio de ver el interior de aquel palacio de Dios. A él le sería dado este honor, pues fue escogido para ser el portador de las más amplias revelaciones sobre el reino de la luz.
8 Al traspasar con reverencia uno de los portales de perlas, se postraron en adoración, mientras que oían el cántico de una multiplicidad de serafines, que circundaban el trono, en constante alabanza a Aquél que Era, que Es y que Siempre Será.
9 Al mirar hacia Aquél que estaba sentado sobre el trono, Melquisedec se sorprendió al descubrir la figura de un hombre. Él estaba cubierto por un manto de lino fino, de una blancura sin igual, y tenía sobre la cabeza una corona formada por siete coronas sobrepuestas, repletas de piedras preciosas.
10 Al mirar hacia las manos   que sustentaban el cetro, el hijo de Adonías se sorprendió al descubrir en ellas cicatrices de heridas, semejantes a aquéllas en sus manos. El ángel le afirmó ser el Mesías, la manifestación visible de Yahwéh, el Dios invisible.
11 Atraído por el cetro resplandeciente, con el cual el Mesías gobernaba sobre todo el Universo, el rey de Salem vio en él el sello del dominio, y en él escrito el nombre: Israel.
12 Arrebatado por una profunda emoción, Melquisedec se postró ante el Rey de aquella Salem eterna, y, reviviendo allí la historia de su pequeña ciudad, tuvo el deseo de conocer el gran drama de la historia universal. Conociendo el deseo de su corazón, el ángel le dijo:
13 —Ahora te daré a conocer la historia de esta gloriosa Salem. Todo lo que te fuere mostrado en la visión, deberás tú registrar fielmente en seis pergaminos que serán cosidos uno al otro, formando un único rollo. Tú tendrás seis años para escribirlos. Al final de los siete años, tú recibirás de las manos de un anciano un vaso conteniendo un rollo especial, con muchas revelaciones importantes, destacándose la historia de Salem.  Tú tomarás ese rollo, y lo coserás como el primero de los siete, formando un único rollo. Después de sellarlo, tú y el anciano lo guardarán en el vaso, llevándolo hacia una cueva que yo les mostraré al norte del mar salado, donde permanecerá olvidado hasta que lleguen los últimos días, cuando será rescatado y revelado al mundo por medio de un pequeño beduino. —
14 Después de decirle al rey de Salem estas palabras, el ángel lo condujo en visión a un infinito pasado, cuando el Universo todavía no existía.
15 Una historia muy parecida con la de Salem comenzó a desplegarse delante de sus ojos; pero, en una dimensión infinitamente mayor, comenzando por la creación del reino de la luz. Con admiración contempló la formación de billones de mundos y estrellas, repletos de vida y felicidad que comenzaron a girar en torno de la Salem Celestial, el paraíso de Dios.
16 Su atención se volvió después hacia el más bello de todos los querubines que, honrado por el Creador, comenzó a habitar con Él en Su palacio. Una eter-nidad de felicidad y paz parecía encantar aquel reino, cuando la misma experiencia de egoísmo y rebeldía vivida por Samael, comenzó a repetirse en la vida de aquél ángel amado.
17 Escenas de una gran rebelión comenzaron a ser mostradas a Melquisedec, implicando a todos los habitantes del Universo. El querubín honrado, semejante a Samael, había seducido a un tercio de las huestes que, comenzaron a reverenciarlo como rey.
18 En medio de las escenas de aquel gran conflicto, el rey de Salem atestiguó la creación del planeta Tierra, sobre la cual surgió el hombre como cetro racional de aquel reino disputado.
19 Con agonía vio el momento en que el jefe de la rebelión se aproximó sutilmente al paraíso, apoderándose del ser humano, después de seducirlo con tentaciones. Oyó entonces su bramido, en una proclamación de victoria. A partir de ese momento, el enemigo de Dios comenzó a arruinar al ser humano, apagando en él todos los rasgos de la gloria divina, como Samael había hecho con el cetro.
20 Su propia experiencia, al declarar en aquella mañana a  los súbditos de Salem su de-cisión de ir en la búsqueda del cetro perdido, comenzó a repetirse delante de Sus ojos.
21 Reuniendo a las huestes que habían permanecido fieles a Su gobierno, el Creador comenzó a revelar un plan de rescate: Él habría de ir en la búsqueda del hombre, y lo redimiría, aunque esto le costase un sacrificio infinito. Delante de esta revelación, el hijo de Adonías se postró conmovido, al descubrir que en su vida había tenido la honra de retratar al propio Mesías.
22 Todo el drama vivido por el hijo de Adonías en su angustiante búsqueda, hasta el momento de su suplicio por la redención del cetro, fue ganando amplitudes en aquella visión  que abarcaba toda una eternidad. Delante de sus ojos desfilaban escenas de una gran batalla que, sin tregua se extendería hasta el día del juicio final, cuando el Mesías victorioso empuñará el cetro redimido, sellando con él la condenación de todas las huestes rebeldes.

2 comentarios:

  1. Que belleza lo que se ha descubierto ...Muchas bendiciones por dejarnos leer este descubrimiento tan maravilloso..Gracias
    Ricardo vivas Pérez

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    1. Gracias al Eterno porque el conocimiento de este Libro Sagrado ha llegado a ti. Esperamos de todo corazón que las bendiciones pertenecientes al recibimiento de estas revelaciones en tu vida puedan seguir alimentando tu alma y la afirmen con el consuelo de la esperanza de un futuro glorioso en el Reino de Paz.

      Bendiciones.

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